Tres años de constantes cambios han sido trascendentales para aspectos de nuestras vidas: la forma de relacionarnos y, por supuesto, la forma de trabajar se han visto completamente alterados. La implantación forzosa del teletrabajo también supuso un salto incremental respecto a la utilización de la tecnología digital, un salto que estaba previsto en cinco años. El paso del tiempo y la adopción de estas herramientas ha generado la flexibilización de los espacios de trabajo y, la aparición de nuevos puestos que mucho se alejan de lo tradicional. Esto, también, es gracias a la evolución de las demandas de los profesionales, que ahora reclaman un mayor equilibrio entre la vida profesional y familiar.
Para entender la magnitud de estos cambios no hace falta retroceder mucho en el tiempo: los que actualmente conformamos la generación millennial crecimos aún pensando que podríamos desarrollar una carrera de éxito en una única empresa, tal y como vimos a nuestros padres y abuelos hacerlo. La crisis del 2008 y la quiebra de diferentes empresas provocó un cambio radical de mentalidad que se trasladó a las universidades, que, empezaban a trasladar a sus alumnos que aquello de desarrollar una carrera laboral en una única empresa era poco viable, de hecho, hay estudios que cifran entre 7 y 10,5 la media de puestos de trabajo que tendremos durante nuestra vida laboral.
Es en este mismo momento el emprendimiento comenzó a ser una opción, que, antes para la mayoría no era contemplada: se preconcebía que requería de una inversión de capital inicial considerable. No obstante, pasaba por ser la opción de una generación completa de jóvenes con un elevado nivel de formación (máster, posgrados…) para poder incorporarse a un mercado laboral que estaba atomizado y en plena transformación. La estabilidad financiera de los millennials se desvanecía y, la posibilidad de alcanzar el éxito que tantas veces habíamos escuchado se alejaba cada vez más.
«La tecnología abrió un nuevo camino profesional transformando y digitalizando la profesión de emprendedor a un coste casi cero».
Quizás por coincidencia, quizás por la propia necesidad del mercado, el comienzo de 2010 también trajo consigo una revolución tecnológica que aceleró las posibilidades de emprender desde cualquier punto del planeta y con un coste mucho menor. De hecho, no olvidemos que entre 2006 y 2013 fueron fundadas empresas como AirBnB, Shopify, Hotmart o eXp Realty. La tecnología abrió un nuevo camino profesional transformando y digitalizando la profesión de emprendedor a un coste casi cero, ¿quién podía imaginarse en 2010 que un adolescente podría ganar millones de euros en Youtube? Ahora un Youtuber ya es concebido como un trabajo más y, de hecho, en Francia más de la mitad de los Youtubers cuentan con un salario superior al de los profesores. Durante los últimos años, se han creado decenas de puestos inéditos, desde el conocido community manager hasta perfiles de alta responsabilidad dentro de la estrategia empresarial, como el data scientist, el growth hacker o el especialista en conversión de leads.
¿Y esto por qué ocurre? Además de por la ya mencionada aportación de la tecnología, la pandemia ha jugado un papel fundamental en la flexibilización o, lo que es lo mismo, se ha “uberizado” el trabajo, es decir, tendemos a un mercado en el que una gran proporción de personas son freelance, se trabaja cada vez más por proyectos, se requiere de proactividad, capacidad de adaptación al cambio y, sobre todo, un gran dominio digital.
Esto seguirá ocurriendo y a una velocidad todavía más elevada a lo largo de los próximos 30 años, es más, el 80% de las profesiones del futuro no existen en la actualidad. No es descartable pensar en piloto de drones, diseñador de órganos 3D, jefe de relaciones virtuales, manager de experiencias en realidad virtual…
«La inestabilidad siempre es pasajera y se trata de un tiempo que nos brinda la oportunidad de formarnos y utraespecializarnos en un denominador que será común para todas las posiciones del hoy y del futuro: la tecnología».
La conclusión a la que llegamos en 2010 y a la que llegamos ahora es exactamente la misma: la tecnología es una fuente inagotable de creación de empleo y, es que, abundan ejemplos de personas de diversos mercados que han llegado mucho más lejos gracias a esta vía de lo que nunca hubiera podido realizar mediante una carrera corporativa tradicional.
eXp Realty cuenta con cerca de 3.000 emprendedores inmobiliarios que superan los 500 mil dólares de facturación anual todos los años; en eXp España decenas de personas que comenzaron desde cero son ahora top producers, y así en los 23 países en los que operamos actualmente.
En definitiva, la conclusión es clara. Cerramos un 2022 volátil y comenzamos un 2023 con incertidumbre, pero mi respuesta ante la incertidumbre es rotunda. Es fundamental tener claro que la inestabilidad siempre es pasajera y se trata de un tiempo que nos brinda la oportunidad de formarnos y utraespecializarnos en un denominador que será común para todas las posiciones del hoy y del futuro: la tecnología.
Managing Director de eXp España