El tipo de interés al que los bancos se prestan entre sí y la principal referencia para las hipotecas a tipo variable ha experimentado subidas en los últimos meses, pasando del -0,502% en el mes de diciembre al terreno positivo con el que ha cerrado el mes de abril, 0,013% o, sin ir más lejos, la cota alcanzada este pasado martes, 3 de mayo, 0,225%.
Se trata del primer mes en el que este índice se sitúa en el terreno positivo desde enero 2016. Una subida que viene provocada por la escalada de la inflación hasta el 7,6% de media en la Eurozona, los anuncios de subidas de los tipos de interés por parte de la FED y el Banco Central Británico, así como la posible subida del BCE y, obviamente, también por el impacto derivado del conflicto en Ucrania.
Sin duda, la subida del principal índice de referencia afectará a aquellos hipotecados que revisen sus préstamos en las próximas semanas, aunque la eterna pregunta viene de parte de aquellas personas que, a tenor de las circunstancias actuales, se plantean si es o no el momento de hipotecarse.
Pues bien, la respuesta a esa pregunta nos la da el entorno económico, pero también nuestra situación personal.
«Sin lugar a duda, estamos ante un buen momento para contratar una hipoteca».
Empecemos por el primero. El mercado laboral ha superado por primera vez los 20 millones de afiliados en un abril de récord de contratos indefinidos y los mercados hipotecario e inmobiliario siguen demostrando estabilidad y fortaleza.
Si en 2021 la cifra de compraventas superó las 600.000 operaciones, con las hipotecas situándose por encima de las 400.000, durante el primer trimestre de 2022 está siendo muy positivo también, tanto en cifras de compraventa como en volumen de hipotecas concedidas.
Sin lugar a duda, estamos ante un buen momento para contratar una hipoteca. En primer lugar, porque la oferta hipotecaria por parte de las entidades sigue siendo muy amplia y no existen restricciones en el crédito y, en segundo lugar, porque, a pesar de la subida del Euribor, estamos en tasas hipotecarias históricamente bajas y con una buena oferta de hipotecas a tipo fijo y mixto.
De hecho, la mayor parte de los compradores lo tiene claro y sigue decantándose por préstamos a tipo fijo, cuya principal ventaja es conocer lo que pagarán de principio a fin. Y es que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 80% de los préstamos formalizados en nuestro país fueron a un tipo de interés fijo (73,8%), mientras que solo el 26,2% lo fueron a tipo variable, unas tasas que se han invertido con respecto a las de hace apenas 6 años, pues en 2015 solo el 10% de los préstamos se contrataban a tipo fijo.
Ahora que hemos repasado el entorno, es el momento de abordar qué preguntas debería hacerse un comprador antes de tomar una decisión tan relevante como la compra de una vivienda.
«El Euribor ha subido, sí, pero no hay nada como estar informado».
En primer lugar, es fundamental que cualquier comprador tenga en cuenta su situación económica y estabilidad laboral, así como tener pleno conocimiento sobre sus gastos mensuales. Como decía, comprar una vivienda es una decisión que afectará a nuestras finanzas durante muchos años. Por eso, hay que hacer números desde el minuto uno y asegurar que el pago de la cuota no supondrá más del 30 – 35% de nuestros ingresos netos mensuales.
Una vez que lo tengamos claro, es recomendable dejarse asesorar por parte de profesionales para valorar todas las opciones disponibles a la hora de invertir en una vivienda o buscar financiación y, obviamente, comparar alternativas de financiación, simular cuál es la hipoteca que encaja con nuestras necesidades y, cómo no, conocer todas las modalidades disponibles, sin olvidar las hipotecas verdes en el caso de una vivienda con certificado energético A o B o de decantarnos por una vivienda a reformar.
En conclusión, el Euribor ha subido, sí, pero no hay nada como estar informado.
Josep Vera, director de Desarrollo de Negocio de Hipotecas.com