Con más de 108 años ofertando sus servicios, la proveedora internacional de mobiliario de oficinas Steelcase cuenta hoy en día con una red de concesionarios en más de 650 ciudades del globo. La compañía no solo ha visto crecer el sector de las oficinas en diferentes partes del mundo, sino también evolucionar hacia las nuevas necesidades de las empresas y sus trabajadores. Hoy, en Por Metro Cuadrado, contamos con la experiencia de Teo Manzano, 24 años al frente de la Dirección de Marketing y Desarrollo de Producto en Steelcase en España. Con él analizamos la transformación del sector, especialmente durante los últimos meses de pandemia y los cambios que el teletrabajo ha traído consigo.
Pregunta: Steelcase es una proveedora internacional de mobiliario para oficinas. Ustedes venden sus servicios como capaces de crear ‘experiencias positivas’ en el entorno laboral. ¿Cómo trabaja Steelcase exactamente? ¿Qué servicios ofrece?
Teo Manzano: Somos una empresa que va mucho más allá de suministrar solamente mobiliario para oficinas. Realmente en Steelcase estamos muy involucrados en entender muy bien lo que pasa en el mundo del trabajo, con los trabajadores, y cómo van variando las formas de trabajar. Además, contamos con un equipo de investigación propio que se llama “Steelcase Workplaces Futures” y que constantemente investiga cómo funciona el mundo del trabajo. En base a eso, lo que intentamos es dar todas las soluciones posibles a las empresas para poder tener una experiencia de trabajo perfecta. Muchas veces eso incluye también el entender mejor sus necesidades, en darles el proceso o darles el diseño, cómo el diseño del espacio puede ser clave para conseguir sus objetivo e implementar su cultura.
Luego, lo que más físicamente se ve es el equipamiento final, evidentemente. Nosotros nos planteamos el hecho de cuando hay una empresa que busca un cambio en su organización, lo que hacen muchas veces es buscar directamente un inmueble. Así que nuestra filosofía es, antes de este paso, entender cuáles son sus necesidades y cómo se pueden solventar para después buscar un inmueble que de respuesta a lo que se necesita. Desde esa perspectiva, intentamos ayudar al cliente en todo el proceso, para que el resultado sea una herramienta más para conseguir sus objetivos tanto de negocio como de implantación de cultura y de compromiso de los trabajadores, etcétera.
P.: Usted lleva 24 años al frente del Desarrollo de Producto de Steelcase aquí en España. En todos estos años de trayectoria, ¿qué cambios ha percibido dentro del sector de las oficinas?
T.M.: Lo que estamos viendo es cómo evolucionan las empresas. En general, es un sector muy dinámico, porque está metido en la transformación directa de la economía y del mercado. En todos estos años la verdad es que ha habido una evolución en la que al principio lo que se buscaba era la oficina sin papeles. Todo el mundo pensaba que con la tecnología y los ordenadores se iba a conseguir en muy poco tiempo pero al final fue un proceso que se alargó bastante.
En los últimos cinco años el cambio ha sido mucho más rápido y completo que en los veinte años anteriores. Realmente, hoy día prácticamente ya no trabajamos con papel en la mayoría de las empresas, pero la transición ha durado mucho más tiempo del que inicialmente se preveía, habida cuenta de que teníamos los ordenadores. Las tecnologías favorecen la colaboración, la posibilidad de trabajar en remoto y también potencian mucho la conexión de las personas. Estos cambios que estamos viviendo en los últimos dos años no los hemos vivido tan intensamente en los veinte anteriores y la verdad es que se han confirmado con la pandemia porque muchos aspectos de tecnología, de movilidad y de flexibilidad que algunas empresas habían empezado ya a implementar, con la pandemia prácticamente todas las han tenido que llevar a cabo. El tener dispositivos que sean portátiles y con los que puedas trabajar desde cualquier sitio para poder trabajar desde casa, ha sido necesario.
«Tener un diseño de espacios que sea muy rígido y que no permita la transformación y flexibilidad, es un espacio que no está pensado para el futuro»
P.: En el portfolio de Steelcase vemos los nuevos espacios de trabajo que se ofrecen, muy diferentes de las mesas rígidas, colores básicos y formas rectas que todos identificamos en nuestras mentes; ahora son más dinámicos, coloridos y de múltiples formas. ¿Cómo se ha tenido que ir adaptando Steelcase a las necesidades de los clientes? ¿Por qué se ha dado esta evolución?
T. M.: De aquí a hace 10 o 15 años ha disminuido el espacio que ocupa la tecnología. Por ejemplo, ya no es necesario tener mesas tan grandes para tener las típicas pantallas cuadradas de ordenador que tanto ocupaban, así que hubo un cambio hacia mesas más reducidas y soluciones más optimizadas en cuanto a la utilización del espacio. Esto llevó a la utilización de muchos espacios ‘tipo bed’, es decir, mesas unidas.
También existían algunas complicaciones, como que los trabajadores no podían concentrarse adecuadamente porque las grandes salas albergaban a más gente y, por lo tanto, había más cosas a la vista. Los empleados tampoco podían elegir dónde trabajar en cada momento, dependiendo del tipo de trabajo que fueran a realizar. Entonces, esto ha ido evolucionando a que los espacios de trabajo tengan más opciones para los empleados, traduciéndose en espacios más flexibles que se puedan adaptar a las necesidades.
Por otra parte, el hecho de utilizar colores, aspectos biofílicos o materiales más cálidos que de alguna manera nos recuerden un poco a lo que tenemos en el hogar hace que las personas se sientan mejor en el espacio de trabajo y, de alguna manera, a tener también una mejor productividad. Porque otra de las claves de las que ya se hablaba antes de que ocurriera la pandemia, pero que se ha consolidado muchísimo con la misma, es la búsqueda del bienestar de los empleados; no solo a nivel físico con la ergonomía del puesto, la iluminación, las posibilidades de alimentación, ventilación y climatización, sino también la parte emocional, la posibilidad de contactar con compañeros y relacionarse de forma social. Y también la parte cognitiva, para facilitar esa concentración, con espacios más apartados que los comunes, con más privacidad y un mejor acondicionamiento acústico.
Una de las cosas que nos ha enseñado esta crisis reciente es que no sabemos lo que nos va a llegar mañana, así que tener un diseño de espacios que sea muy rígido y que no permita la transformación y flexibilidad, es un espacio que no está pensado para el futuro. Por ejemplo, podemos analizar cuánto ha evolucionado la tecnología de videoconferencia en los últimos meses y cómo han nacido nuevas soluciones para impulsar las reuniones colaborativas. Igual sucede con los espacios de trabajo: hace 5 años casi nadie tenía un sistema de reservas de puestos de trabajo y de salas de reuniones y hoy es raro encontrar un espacio de trabajo donde no se esté implementado alguno de estos sistemas y que tenga la capacidad de adaptación a los futuros cambios tecnológicos y macroeconómicos.
«El espacio sigue siendo clave para que las organizaciones desarrollen su negocio, incrementen su cultura corporativa y cumplan sus objetivos»
P.: La pandemia y el boom del teletrabajo han hecho mella en el sector, especialmente durante el confinamiento más estricto en pandemia. ¿Cómo ha sido el impacto? ¿El sector de las oficinas ha podido reinventarse?
T.M.: El impacto ha sido muy grande porque los trabajadores no han podido ir a las oficinas y yo creo que la posibilidad del teletrabajo ha marcado un cambio estructural en el mercado. Los espacios no se van a utilizar como se utilizaban hace cinco o diez años. Para las empresas como la nuestra es un reto intentar hacer que esos espacios sigan siendo relevantes. En Steelcase siempre decimos que el espacio de trabajo es, de alguna manera, el lenguaje corporal de las organizaciones, es decir, se percibe si es una empresa innovadora, si es una empresa creativa, si es una empresa productiva… Y el espacio sigue siendo clave para que las organizaciones desarrollen su negocio, incrementen su cultura corporativa y cumplan sus objetivos.
Es cierto que con la pandemia se ha consolidado el teletrabajo, pero una buena parte de las organizaciones ha optado por el modelo híbrido porque las empresas no solamente son ellas mismas, sino que interaccionan con clientes, con partners y colaboradores. Y por tanto, necesitan un espacio físico donde puedan intercambiar y trabajar conjuntamente con sus clientes y con otras empresas colaboradoras. Así que el lugar de trabajo sigue siendo un elemento clave para conseguir los objetivos estratégicos de la compañía.
P.: En septiembre ha habido una vuelta masiva de trabajadores a las oficinas, después del verano y de la caída de la incidencia por Covid-19. ¿Cómo prevé el futuro del sector?
T.M.: Una de los aspectos a destacar y que muchas veces no se menciona en la prensa es que las empresas han reaccionado muy bien a esta situación crítica. En primer lugar, transformándose para poder hacer que sus empleados pudieran trabajar de forma remota, ergonómica y adecuada, facilitándoles material y soluciones. Además, los porcentajes de transmisión de la enfermedad en los centros de trabajo han sido muy bajos. Las empresas lo han controlado bien y han priorizado la salud de sus trabajadores por encima de todo.
Somos un sector en pleno dinamismo porque nuestro futuro depende del de las organizaciones para las que trabajamos, que están en plena evolución. En mi opinión, el futuro del sector irá bien siempre y cuando exista una rápida capacidad de adaptación a cómo van cambiando los clientes, el mercado y la economía. Estamos en una situación de plena ebullición, así que la clave es ser cada vez más relevantes para los clientes.
P.: En vistas de la creciente digitalización en todos los sectores, ¿cómo ve el futuro de las oficinas como espacio de trabajo? ¿Cambiarán mucho de aspecto al que ya estamos acostumbrados?
T.M.: Yo creo que están cambiando mucho. Desde Steelcase estamos viendo que un porcentaje alto de empresas con las que trabajamos, ahora han retomado proyectos o se han lanzado a nuevos adaptándose a la nueva situación. Y estas empresas no se parecen nada a como eran hace cinco años. Hay un cambio importante en aspectos como el bienestar de los empleados. Pero también existen otros espacios como los centros educativos (considerados espacios de trabajo) donde es necesario hacer una transformación encaminada a facilitar el aprendizaje.
«Con las crisis existe una tendencia a reducir costes al máximo, así que para mí sería un sueño que las compañías consideren el espacio como una mirada hacia adelante»
P.: ¿Y en lo digital? ¿Qué novedades tecnológicas están por llegar?
T.M.: En lo digital se están produciendo transformaciones casi día a día. Como comentaba antes, por un lado, el cambio a un modelo en el cual ya no hay un puesto asignado a cada persona y para ello es esencial poder tener un soporte tecnológico con soluciones que permitan seleccionar el espacio. También sistemas que nos permitan conocer mejor nuestro espacio y utilizarlo de mejor forma o soluciones en cuanto a la ergonomía de las sillas y sobre todo de las mesas, que permitan trabajar de pie y sentado. Por ejemplo, en España estamos viendo el aumento de demanda de mesas ajustables en altura, algo ya muy común en países de Europa del Norte. Y ya existen sistemas que avisan al trabajador de cuándo le toca cambiar de postura corporal para favorecer su salud.
Pero la tecnología también viene pisando fuerte por el área de colaboración. Se están produciendo muchísimas transformaciones para que las experiencias de colaboración híbrida faciliten y mejoren el contacto con el cliente o las empresas colaboradoras, como se ha dicho anteriormente.
P.: Por último, si pudiera pedir un deseo para el sector, ¿cuál sería?
T.M.: Una de las cosas que te diría es que las organizaciones entiendan que el espacio puede ser un activo estratégico para conseguir sus objetivos y que no lo consideren como una opción o como un gasto, sino como una inversión y algo de lo que se puede sacar muchísimo rendimiento. Con las crisis existe una tendencia a reducir costes al máximo, así que para mí sería un sueño que las compañías consideren el espacio como una mirada hacia adelante.
Redactora en Por metro cuadrado