Todo progreso está basado en el deseo universal e innato por parte de cada organismo de vivir por encima de sus posibilidades
Samuel Butler
El progreso democrático real no es bajar a la élite al nivel de la masa, sino en elevar el nivel de la masa al de la élite
Gustav Lebon
Yuval Noah Harari, en su optimista best seller “Sapiens De animales a Dioses”. (Cuya lectura debería ser de obligado cumplimiento, como es el uso de las mascarillas o abrocharse el cinturón). Titula el capítulo dedicado a repasar la revolución agrícola de hace 12.000 años como “el mayor fraude de la historia”.
Argumenta en esta parte del libro, que no fue el ser humano el que domesticó a plantas y animales, sino que fueron un puñado de semillas de trigo y arroz quienes domesticaron al hombre. Fruto de la casualidad.
Reconozco que esta parte del libro me lleno de zozobra. Ya que siempre he pensado que el Neolítico y el traspaso de cazador-recolector a agricultor-ganadero, nos convirtió en la especie que hoy somos. Y resulta que según el bueno de Yuval fue fruto de la casualidad.
Así que cuando cayó en mis manos el artículo de los profesores de economía Jung-Kyoo y Bowles, publicado en “Journal of Political Economy” rebatiendo la teoría de Harari. Y argumentado que no fue casualidad, sino el concepto de propiedad privada el que permitió la evolución del hombre. Me animé un poco.
Según estos autores: “Las evidencias arqueológicas indican que fue la propiedad privada y no la productividad, la que precipitó la revolución agrícola neolítica, que se propagó desde Mesopotamia hace 11.500 años”.
Por hacerlo corto, lo que viene a decir su investigación mitad antropológica, mitad económica, es que unos cuantos humanos hartos de recolectar y cazar para toda la tribu, el trabajo era individual y el reparto del beneficio era en común, (en todas las organizaciones hay parásitos que se benefician del grupo) empezaron a trabajar para ellos mismos y repartirse la tierra de forma privada. Yo trabajo la tierra, la tierra es mía, el beneficio es mío no de la tribu.
De hecho, uno de los argumentos de mayor peso para ratificar esta teoría es que el coste nutricional (esfuerzo) de pasar de cazador/recolector a ganadero/agricultor es mucho mayor, por tanto debían de obtener un alto beneficio para ese mayor esfuerzo.
Mi esfuerzo / mi beneficio. La propiedad privada no fue el medio, fue el fin. Imagino que hubo un ser humano listo, que harto de que el jefe de la tribu y el chaman no dieran palo al agua, se fue de la tribu, cogió unas tierras domesticó un perro y dos ovejas, y gracias a ello mirad hasta dónde hemos llegado.
En definitiva, si como decía la biblia “En el principio fue el verbo”. Los humanos utilizamos el lenguaje para comunicarnos desde hace 70.000 años y lo segundo fue la propiedad privada. En mi opinión cuatro son las revoluciones humanas que han permitido saltos cualitativos de evolución: el fuego, el lenguaje, la propiedad privada e internet.
Todo esto viene al caso que nos ocupa, porque con fecha de 28 de enero de 2021, el Tribunal Constitucional declaró nulos por UNANIMIDAD (en estos tiempos es un logro poner a todo el mundo de acuerdo) una serie de artículos del RD sobre vivienda de la comunidad autónoma catalana.
Independientemente de existir un fragante fallo de forma, deberían haberse aprobado por ley no por decreto, todos aquellos artículos que limitan la propiedad privada.
Desde un punto de vista de fondo del asunto. El tribunal considera que los preceptos anulados “regulan medidas coactivas, no voluntarias, limitativas del derecho de propiedad”, que “constriñen estrechamente” a los dueños de viviendas mediante órdenes o deberes normativos “que se ponen bajo la inspección y vigilancia de la administración”.
Y aquí es triste que deba recordar a un legislador, que en la constitución se reconoce el derecho a la propiedad regulado en el articulo 33:
- Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia.
- La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes.
- Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes”
Y ya, más tarde en el articulo 47 se regula el derecho a disfrutar una vivienda digna. Además deben ser los poderes públicos los que deben hacerse responsables de este derecho. Nunca se debe trasladar a los particulares esa responsabilidad.
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”
Desde el Neolítico el hombre ha evolucionado enormemente a base de trabajo y esfuerzo individual, que genera riqueza. Esa riqueza, como nos recuerda Harami en su libro, por eso debería ser su lectura de obligado cumplimiento, ha hecho que logremos los mayores éxitos como especie, mitigando el hambre, las guerras, las enfermedades, que han sido las grandes lacras como especie.
Y todo empezó con la propiedad privada y la revolución agraria.
La comuna, los recursos públicos comunes, la inexistencia de la propiedad privada ya existían en el Paleolítico. Parece ser que algunos quieren volver a aquellos tiempos de frío y oscuridad.
Licenciado en Derecho, consultor inmobiliario, autor del libro "¡Aún dicen que el pescado es caro!. Confesiones de un consultor inmobiliario". Fundador de Desaprendiendo Consulting, Dir. de Desarrollo de Negocio de Grupo Fogesa y Senior Advisor de Icrowdhouse.