En este tipo de artículos de opinión, normalmente nos centramos en aspectos numéricos, datos, análisis de expertos, tendencias, ventas, compras, alquileres, etc… Pero hoy quiero llamar la atención sobre un intangible, «el reencuentro«.
En este mes de septiembre, ya pasado, he podido comprobar de primera mano, como se suceden todas las semanas, por no decir prácticamente todos los días, multitud de eventos presenciales (lo de presencial es muy importante) en torno al real estate.
En dichos eventos se transmiten los mismos datos, los mismos temas, que a través de una simple nota de prensa, pero el alma es distinta.
La empatía, la emoción, el bis a bis, después de tanto tiempo hace que estos eventos tengan una especial transcendencia.
Cada día la comunicación en su más amplio término va cobrando mayor importancia en el sector inmobiliario, pero sin duda, el contacto personal no podrá ser sustituido nunca por muchas videoconferencias que hagamos.
De estos reencuentros surgen otros reencuentros, que se traducirán en una mayor visibilidad, un mayor dinamismo del sector y por lo tanto en un aumento del volumen de negocio.
El estado de ánimo, otro intangible, siempre es un síntoma claro de como nos comportamos las personas y también los sectores económicos, al fin y al cabo estos no son entes materiales cosificados, sino que los conforman personas.
Si nos atenemos a la clasificación establecida en 1972 por el psicólogo Paul Eckman, donde afirma, que existen seis emociones básicas: felicidad, tristeza, asco, miedo, sorpresa e ira; podríamos decir que en estos reencuentros se siente, se palpa, se respira, un estado de ánimo en el real estate, de felicidad.
Felicidad, por la multitud de operaciones de concentración de empresas, felicidad por el gran volumen de compraventas de suelo (sobre todo en el residencial y en logístico), felicidad por el número de compraventas de viviendas, felicidad por el gran volumen de obra contratado (aquí surge algún pero, en relación al aumento de los costes de construcción y a la escasez de mano de obra), felicidad por el aumento del crédito hipotecario, felicidad por la pronta llegada de los fondos Next Generation, etc…
Tengo que reconocer que después de asistir a varios de estos reencuentros, sales con un chute de optimismo que te hace olvidar los meses tan duros vividos en nuestro país.
Ahora bien, no es el momento de olvidar lo pasado en el real estate no hace tantos años, no es el momento de perder la perspectiva, sabiendo que este sector es volátil y de medio o largo plazo, puesto que su proceso productivo es dilatado en el tiempo, lo cuál le hace muy sensible a cualquier variación de las condiciones económicas y sociales.
Es el momento de trabajar duro, trabajar bien, como siempre ha sido así en la mayor parte de los casos dentro del sector inmobiliario.
Es el momento de aprovechar esta coyuntura y la enorme cantidad de recursos, para ahondar en la modernización de todos los agentes intervinientes, de todas las administraciones públicas, de apostar por la sostenibilidad, por la transparencia, por la responsabilidad social, por la implementación decidida de la tecnología y la digitalización en todos los procesos del real estate.
Para terminar animo a todos los que lean este post a reencontrarnos; en palabras de Garibaldi, político italiano y uno de los grandes artífices de la unificación de Italia:
«Deberíamos reencontrarnos para marchar juntos a nuevos éxitos»
Giuseppe Garibaldi
Comunicación, medios digitales, relaciones públicas y desarrollo territorial