Los tipos de interés juegan un papel importante en el mercado inmobiliario y pueden tener un impacto significativo en los precios de las propiedades y la rentabilidad de las inversiones. Es importante que los compradores e inversores potenciales vigilen las tasas de interés y las tengan en cuenta en su proceso de toma de decisiones.
Las tasas de interés tienen un impacto significativo en el sector inmobiliario. Cuando son bajas, es más fácil para las personas y las empresas pedir dinero prestado para comprar una propiedad. Esta mayor demanda de bienes raíces puede hacer subir los precios.
Por otro lado, cuando las tasas de interés son altas, los préstamos se vuelven más caros y menos personas pueden permitirse comprar una propiedad. Esto puede conducir a una disminución de la demanda y una disminución de los precios.
Además de afectar a la demanda, las tasas de interés también afectan la asequibilidad de las hipotecas. Cuando las tasas de interés son bajas, los pagos mensuales de la hipoteca son más bajos, lo que facilita que las personas puedan pagar una casa. A medida que aumentan las tasas de interés, aumentan los pagos mensuales de la hipoteca, lo que dificulta que las personas puedan pagar una casa.
«No prevemos una caída significativa del mercado de la vivienda pero sí un escenario mucho más cauto y prudente a la hora de ejecutar inversiones inmobiliarias».
En este sentido, cada vez son más los consumidores que deciden pasar su hipoteca de variable a fija. De hecho, en España, la penetración en el mercado de las hipotecas a tipo fijo ha sido sustancial y rápida a lo largo de este año por el continuado incremento del tipo de interés, en busca de una mayor estabilidad en las economías familiares. También se ha incrementado el número de amortizaciones parciales de las hipotecas.
Pero en el mundo de las inversiones financieras, el impacto provocado por el incremento de tipos de interés no va tan relacionado con el aumento de las cuotas a pagar de las posibles hipotecas y créditos, ya sean fijos o variables, sino en cómo se analizan las inversiones.
Pongamos un ejemplo muy sencillo: una inversión en un piso de alquiler, según datos del Banco de España, nos va a generar una rentabilidad del 7,5% si tenemos en cuenta la variación de precios y los ingresos por el alquiler. Pero si únicamente tomamos como referencia la rentabilidad del alquiler, estaremos sobre un 4-4,5% de rentabilidad bruta promedio. En una situación de tipos del 0% o negativos favorece mucho que el ladrillo sea una inversión refugio. Ahora bien, ¿qué pasa cuando suben los tipos y por ejemplo el bono a 3 años americano está ofreciendo rentabilidades por encima del 4% sin prácticamente riesgo?
No prevemos una caída significativa del mercado de la vivienda, ya que el inventario de viviendas aún está limitado por la escasa construcción y las lecciones aprendidas del pasado reciente, especialmente a la hora de conceder créditos. Tampoco podemos anticipar una fuga de capitales como tal, pero sí un escenario mucho más cauto y prudente a la hora de ejecutar inversiones inmobiliarias.
Real Estate Business Development Director en Arum Group y Profesor de Real Estate en ESADE