El compromiso con la sostenibilidad del planeta y la justicia social es el paso al frente que está marcando la transformación el real estate. El sector necesita demostrar que también es capaz de hacer un uso responsable y eficiente de los recursos naturales y escuchar a una sociedad cada vez más preocupada por el medio ambiente y la reducción de las desigualdades. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un llamamiento de la ONU al deber de todos y todas de tomar partido con los retos marcados para 2030. Nos interpela directamente a todas las empresas y nos anima a incorporar medidas concretas en nuestras estrategias directivas para causar el menor impacto posible a la naturaleza y promover activamente iniciativas solidarias.
Esto ha dado lugar a una evolución de lo que conocíamos como Responsabilidad Social Corporativa hacia el Environmental Social Governance, o, directamente ESG. Definamos cada concepto por separado:
- Environmental: se refiere al impacto que tiene la actividad de la empresa sobre el medio ambiente. Emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación, recursos hídricos, etc.
- Social: el efecto de la compañía sobre su entorno social. Empleados, comunidades locales, ciudadanía en general, atendiendo a factores como el empleo, la salud, la inclusión social, etc.
- Governance o gobierno corporativo. Es decir, la estructura y composición del consejo de administración, de las políticas de transparencia, códigos de conducta, etc.
La aparición de normativa europea (Directiva 2014/95/EU) y normativa española (Ley 11/2018) y la presión social están provocando un gran cambio de paradigma en las empresas de mayor tamaño del sector, lo que augura una transformación estructural: de arriba abajo.
«La inclusión del ESG en la manera de gestionar las compañías favorece la probabilidad de éxito».
No es solamente la presión regulatoria la que nos obliga a ponernos las pilas, sino también la comprobación de que los grandes inversores están orientando sus capitales hacia empresas comprometidas con el ESG. Así pues, compañías como BlackRock, Lazard, Axa, State Street están imponiendo unos criterios de inversión muy específicos y muy orientados a cumplir con las normativas ESG.
El siguiente gráfico refleja muy bien los flujos de inversión en fondos ESG frente a los fondos No-ESG.

Por ello, todas las grandes empresas inmobiliarias españolas están empezando a implementar medidas ESG en todos los frentes, desde la famosa descarbonización en los procesos de construcción, hasta políticas de retribución, diversión o inclusión.
Existe ya el convencimiento de que la inclusión del ESG en la manera de gestionar las compañías favorece la probabilidad de éxito y la capacidad de generar mayores rentabilidades para todos los grupos de interés. No solo el particular del accionista, sino de todos los integrantes del ecosistema.
Os invito a seguir de cerca esta web, por el buen hacer que están demostrando en políticas de ESG: https://www.inmocolonial.com/
Real Estate Business Development Director en Arum Group y Profesor de Real Estate en ESADE