En un contexto internacional de gran preocupación por detener el cambio climático, la rehabilitación energética de los edificios, a través de la implantación de un mejor aislamiento, la inclusión de sistemas para la generación y consumo de energías renovables o de equipamientos energéticamente más eficientes, entre otros ejemplos, gana peso y protagonismo. Emerge como una de las respuestas más eficaces para potenciar nuevas actividades y la consecuente generación de empleo dentro del sector de la construcción y de otras profesiones relacionadas. También afecta directamente al sector inmobiliario, que gracias a ella puede contar con una mejor y mayor oferta de unos inmuebles que, además de garantizar importantes ahorros en la factura energética al comprador, pueden llegar a revalorizarse hasta en un 25% tras la optimización energética, según diferentes estudios de mercado.
Más de un 75% del parque inmobiliario español fue construido antes de que entraran en vigor las primeras Directivas sobre eficiencia energética, el 80% de esos edificios seguirá en pie en 2050, cuando la Unión Europea se propone alcanzar la neutralidad de emisiones. Nuestro país cuenta con cerca de 26 millones de viviendas de las que el 55% se construyó sin normativa técnica de edificación alguna y el 40% con una normativa básica. Como resultado, 8 de cada 10 edificios son energéticamente ineficientes. Además, de los edificios que cuentan con Certificado de Eficiencia Energética, menos del 5% tiene clasificación A o B y poco más del 15% dispone de la C.
La inversión en eficiencia energética genera más puestos de trabajo por euro invertido que cualquier otra alternativa renovable. Las últimas cifras aportadas por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) al respecto apuntan a que, con el volumen de inversiones necesarias en esta próxima década para ponerse en vías de la neutralidad en carbono, se crearían cuatro millones de puestos de trabajo adicionales a nivel global en 2030.
Otros estudios apuntan a que, elevando a un 27% la media de eficiencia energética del parque inmobiliario (comparado con 2005), se podrían crear dos millones de nuevos puestos de trabajo solo en el mercado europeo. El sector de la construcción en Europa aporta 18 millones de puestos de trabajo directos y representa un 9% del PIB, siendo las pymes las que contribuyen al 70% de ese valor; pues bien, la renovación y el reposicionamiento energético de los edificios existentes contribuye al menos el doble a dichos valores que la construcción de nuevos edificios.
Muchos de esos empleos, de la mano de la rehabilitación, estarían en el sector de la construcción y en aquellos otros relacionados con la instalación de nuevos sistemas de calefacción, de refrigeración y de agua caliente porque es precisamente en los edificios – responsables del 40% del consumo de energía final de la Unión Europea- donde están algunos de los mayores márgenes de mejora. Hablamos de movilizar a un gran número de empresas, la gran mayoría de ellas pymes locales, para crear un ecosistema fuerte de proveedores en nuestro país.
La Estrategia a largo plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE 2020) se ha marcado el objetivo de renovar la envolvente de 1,2 millones de viviendas hasta 2030 para cumplir los objetivos de descarbonización, lo que equivaldría pasar de la tasa de renovación del 0,2% actual, con 30.000 intervenciones al año, al 3% que marca la UE, con 300.000 intervenciones. Ese objetivo de renovación implicaría un incremento del PIB del 0,47% en 2030 y generaría entre 33.000 y 88.000 puestos de trabajo en nuestro país, lo que contribuiría también a aumentar la tasa de ocupación del mercado laboral de la rehabilitación, situada en el 2,2% en España, lejos del 3% que recomienda la Unión Europea y por debajo de la de países de nuestro entorno como Portugal, Francia o Italia, en los que está en el 3,9%. Desde una perspectiva social, la rehabilitación energética del parque inmobiliario mejoraría además el confort y la calidad del aire en el interior de las viviendas y, por tanto, la salud de sus ocupantes.
Una de las principales prioridades de todos los organismos públicos es la remodelación energética de las viviendas, con importantes apuestas en forma de ayudas, subvenciones y deducciones fiscales. A nivel estatal, el Ejecutivo inyectará, a través de los Fondos de Recuperación europeos, 5.800 millones de euros en ayudas a la rehabilitación energética de los hogares en los próximos años, de los que ya están disponibles 1.151 millones. Estas ayudas permiten ahorrar entre el 35% y el 70% del coste de la reforma, en función del ahorro energético alcanzado. Además, a nivel regional y local también hay disponibles ayudas complementarias.
Greenward Partners se felicita por estas medidas, pero considera que se podrían complementar y mejorar con instrumentos de colaboración público-privada para multiplicar las posibilidades de financiación y lograr así impulsar la canalización de capital privado hacia la tan necesaria rehabilitación energética del parque inmobiliario español.
Hoy, el interesado en una rehabilitación puede atender la inversión con fondos propios (poco común), con las mencionadas subvenciones (insuficientes y que se cobran normalmente una vez terminada la reforma tras demostrar el ahorro energético), con préstamos al consumo (de corta duración y alto coste) o, en el extremo, con una hipoteca (acto intuitivamente desproporcionado). Pero no existen productos financieros especializados que cubran el horizonte temporal requerido para este tipo de inversión, de 10 a 25 años, acompasando amortización y ahorro energético para mayor facilidad de repago del propietario del inmueble. Tampoco existen marcos reglamentarios incentivadores de la demanda y suficientemente exigentes en este espacio regulatorio “incómodo” en el que convergen los ámbitos inmobiliario, energético, medioambiental y financiero.
Los avances no se dan a la velocidad necesaria, ni consiguen atracción suficiente de fondos privados como para reducir el recurso a fondos públicos. Aún con las últimas medidas, la rehabilitación energética sigue sin estar al alcance de todos los ciudadanos, y mucho menos de aquellos con rentas más bajas. Hemos de seguir trabajando, a muchos niveles, para hacer realidad la tan necesaria descarbonización del parque inmobiliario español y con ello impulsar además la generación de actividad económica y empleo.
CEO de Greenward Partners