Cada vez se habla más de la construcción de viviendas industrializadas, aunque todavía son pocas las promociones de viviendas ejecutadas bajo este sistema de producción industrial de viviendas. Las cooperativas de viviendas tienen una gran oportunidad de añadir esta forma de construir viviendas a otras ventajas competitivas que ya tienen sobre los promotores de viviendas.
La construcción de viviendas industrializadas supone una mayor optimización de los costes en todo el proceso productivo, garantizando una alta calidad de todos los elementos. Normalmente son viviendas construidas con estructuras de hormigón y acero, lo cual hace que su resistencia sea superior a las construcciones tradicionales de viviendas.
Los materiales utilizados son de mayores prestaciones que los tradicionales, con lo que se consiguen viviendas energéticamente más sostenibles, según LACOOOPEstudios -la sección de investigación de ‘lamadredelascooperativas’- 3 de cada 5 buscadores de vivienda desean una casa sostenible.
En este sentido, LACOOOP, el primer marketplace de viviendas en cooperativa, a través de su buscador de viviendas ofrece hasta 87 filtros, muchos de ellos relacionados con la eficiencia en el hogar.
Esta nueva modalidad constructiva es mucho más respetuosa con el medio ambiente, no solo en lo referente a la sostenibilidad de la propia edificación de las viviendas, si no también a todo el proceso de ejecución de estas.
Al realizarse todo en una fábrica, se evitan las molestias, los ruidos, el polvo, el consumo de agua es menor, disminuyen los accidentes laborales, se generan menos residuos, etc…
La flexibilidad es otro de los elementos a destacar, se puede elegir entre una variedad de modelos y posibilidades que el usuario final puede decidir a priori, en base a sus gustos o necesidades.
Otro de los aspectos a destacar son los plazos, con este tipo de construcción se acortan bastante y esto es esencial en cualquier promoción, pero sobre todo en la promoción de viviendas en cooperativa donde la dilatación de los plazos suele suponer un incremento del coste de las viviendas para los propios cooperativistas.
Más allá de la calidad, de la sostenibilidad y del respeto al medio ambiente, son dos los aspectos fundamentales y básicos por los cuales este tipo de construcción supone una gran apuesta para el sector de las cooperativas de viviendas, el abaratamiento del coste de construcción (según las calidades) y los plazos; puesto que ambos repercuten directamente el precio final que paga el cooperativista por su vivienda.
Mientras que el régimen de promoción si se produce un desvío en los costes o en los plazos, es el promotor quien normalmente corre con el riesgo al estar ya cerrados en los contratos de compraventa tanto las calidades, como el precio y el plazo de entrega.
Todo este proceso debe ir acompañado de un gestión profesional y actualizada por parte de los gestores de cooperativas de viviendas. Cada vez estos equipos de gestión deben estar más profesionalizados, más especializados e incorporar a los mismos expertos en edificación sostenible con certificación BREEAM, PASSIVEHOUSE, metodología de trabajo BIM, además de incorporar cada vez más, procesos de transparencia en su relación con los cooperativistas.
En cuanto a normativa y garantías, en nada las diferencia de las viviendas de ladrillo, deben cumplir igualmente con todo lo recogido en el Código Técnico de Edificación y la Ley de Ordenación de la Edificación.
Sin lugar a dudas, en los próximos tiempos veremos un incremento importante de la construcción industrializada de viviendas, donde las cooperativas estarán a la vanguardia de esta apuesta por la modernidad y por la ejecución sostenible de viviendas.
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