La proptech CASAVO ha reafirmado su apuesta por la rehabilitación centrada en la sostenibilidad para las viviendas de segunda mano en Barcelona. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, el 65% del parque de vivienda es anterior a los años 80 y se calcula que los edificios producen el 20 % de las emisiones contaminantes de la ciudad.
La tecnológica cuenta con una plataforma digital que permite la compra directa de inmuebles en un corto periodo de tiempo, que una vez adquiridos reforma, para su posterior puesta en el mercado. La rehabilitación aumentará hasta en un 60 % la eficiencia energética de los inmuebles que adquiera en Barcelona, mejorando de este modo el uso de la electricidad de los inmuebles reformados.
La compañía ha realizado más de 1700 transacciones inmobiliarias hasta la fecha por un valor total superior a 500 millones de euros. Con un equipo de 270 personas, la empresa está financiada y apoyada por algunos de los inversores internacionales más importantes, como Exor, Greenoaks Capital, Project A Ventures, Picus Capital, 360 Capital, Kervis Asset Management, Boost Heroes y Marco Pescarmona. Actualmente opera en Italia -Milán, Roma, Turín, Florencia, Bolonia, Verona- y España -Madrid, Barcelona-.
Entre los principales cambios para la mejora energética se encuentra el cambio de las instalaciones y el cuadro eléctrico y la instalación de electrodomésticos eficientes. Asimismo, en el proceso de reforma se apuesta por la sustitución completa de la instalación individual de gas natural. Por otra parte, es fundamental la colocación de aislante térmico en los muros, así como sustituir las ventanas por doble acristalamiento con el fin de conseguir el mayor grado de aislamiento térmico.
Certificado energético
Desde 2013, el conocido como certificado energético es un documento en el que se detalla la eficiencia energética de un edificio o parte del mismo, con el objetivo de que los futuros propietarios o inquilinos puedan comprobar los valores de referencia que permitan valorar la eficiencia energética de un edificio, con una validez de 10 años. Esta certificación dispone de una escala que va de la A a la G, siendo A la calificación más eficiente, y la G, la menos eficiente.
Asimismo, es necesario destacar que los pisos en fincas con una antigüedad superior a 30 años pueden obtener como máximo una calificación “D”, por lo que no sería posible su mejora hasta la certificación más eficiente.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el 84% de las viviendas con etiquetado energético en España están en los tres últimos puestos de la tabla, con letras E, F y G. Asimismo, si nos centramos en el caso concreto de Cataluña, en 2019, tan solo 1.626 de más del millón de edificios registrados en consumo de edificios existentes alcanzaba la letra A.
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