La planificación urbana en España ha evolucionado mucho en las últimas décadas. En el pasado, los modelos urbanos se centraban sobre todo en el desarrollo de proyectos de infraestructuras a gran escala, como autopistas y aeropuertos. Sin embargo, en los últimos años, la atención se ha desplazado hacia el desarrollo de entornos urbanos más sostenibles y equitativos. Esto ha incluido la promoción de espacios verdes, la conservación de edificios históricos y la aplicación de medidas para reducir la contaminación atmosférica y mejorar el transporte público. Además, la planificación urbana se ha centrado cada vez más en las necesidades sociales y económicas de las comunidades locales, haciendo hincapié en la creación de ciudades vibrantes y habitables.
La ordenación territorial moderna se basa en diversos conceptos. Entre ellos figuran enfoques económicos como el crecimiento (regional) y las teorías del desarrollo que incluyen factores como la evolución de la población. De la sociología proceden teorías que tienen en cuenta cuestiones como el avance de la globalización y la individualización de la sociedad en la ordenación del territorio. Otros modelos se centran en aspectos culturales o éticos o tienen en cuenta avances como la creciente aparición de la agricultura urbana.
Algunas teorías del desarrollo urbano abordan incluso la cuestión de cómo pueden utilizarse y comercializarse con el mayor éxito posible determinadas medidas de planificación regional o urbana para promover una imagen deseada. Por ejemplo, la planificación específica de zonas urbanas centradas en la cultura, el deporte, las compras, etc. sirve para varios fines. Dependiendo de si una ciudad da una imagen moderna, innovadora, habitable o de otro tipo, se animará a los turistas a visitarla, a las empresas a trasladarse o a las personas a instalarse en ella.
Por tanto, la planificación urbana se compone de numerosos aspectos complejos cuyas interrelaciones no siempre son evidentes a primera vista. Así pues, independientemente del objetivo que se persiga, la ordenación territorial y urbanística siempre debe tratar de combinar diferentes teorías. Al fin y al cabo, cada modelo individual sólo representa una parte de la realidad. Lo que los planificadores urbanos también deben tener en cuenta: El medio ambiente, la sociedad, la economía y las propias ciudades cambian constantemente.
El futuro del urbanismo
Europa y el resto del mundo están experimentando actualmente una gigantesca ola de urbanización: cada semana, más de un millón de personas en todo el mundo se trasladan a la ciudad. A medida que crece la población urbana, las ciudades del futuro también se enfrentan a una nueva serie de retos en cuanto a infraestructuras, cambio de estilos de vida, cambios demográficos y sostenibilidad. Estos retos han impulsado la innovación. Así, han surgido varias tendencias apasionantes en la planificación urbana.

Viviendas más baratas, menos atascos, más zonas verdes… los residentes se enfrentan al urbanismo con muchos deseos y exigencias. Entre otras cosas, las nuevas tendencias se centran un desarrollo urbano sostenible. Éste debe armonizar las exigencias sociales, económicas y culturales, así como la protección del medio ambiente y tiene como principal objetivo permitir a la población vivir y trabajar de forma saludable y segura. Esto es cada vez más importante, ya que cada vez más personas se sienten atraídas por las ciudades.
Además, existen otros retos y áreas problemáticas a los que se enfrentan los urbanistas. Entre ellos cabe citar la gentrificación -el desplazamiento de los residentes económicamente más débiles por los recién llegados más acomodados a un barrio-, la suburbanización o la migración progresiva en zonas estructuralmente débiles.
Sin embargo, hay otra razón por la que el trabajo de planificación urbana no será más fácil en el futuro: un gran número de actores y grupos de interés suelen participar en un gran proyecto, ya que se ven afectados directa o indirectamente por él. Así pues, hay que sopesar los intereses individuales con el bien de la sociedad. Si esto no se consigue, el proyecto puede fracasar en el peor de los casos.
Con la llegada de las ciudades inteligentes, es probable que en el futuro la planificación urbana se base mucho más en los datos. Utilizando datos y análisis, los planificadores urbanos pueden reunir información precisa sobre los recursos de una ciudad y el tipo de infraestructuras necesarias para mejorar las condiciones de vida. Por ejemplo, mediante el análisis predictivo, los urbanistas pueden crear modelos virtuales de infraestructuras y redes de transporte para obtener nuevos conocimientos que les ayuden a diseñar los mejores sistemas para reducir el tráfico y la contaminación. Las tecnologías basadas en datos permiten a los planificadores urbanos obtener una comprensión holística de una ciudad.
Las zonas azules son otra tendencia emergente en la planificación urbana que promueve comunidades más sanas y resistentes. Las Zonas Azules nacieron del deseo de ayudar a las personas a vivir más tiempo y con calidad en la ciudad. Muchos urbanistas aplican los principios de las zonas azules en su práctica urbanística para mejorar la salud humana y el bienestar general. La importancia de las zonas azules radica en su capacidad para crear un ambiente más positivo. Por ejemplo, la clave del éxito de las zonas azules es crear más espacios transitables y más oportunidades para estilos de vida activos, como carriles bici protegidos o gimnasios al aire libre. Se trata de un enfoque de la planificación urbana muy centrado en el ser humano, que equilibra la relación entre urbanización y entorno natural.
Una planificación urbana más eficiente
Las soluciones digitales aportan gran valor a la planificación urbana. Porque muchas cuestiones sólo pueden discutirse in situ: ¿Qué pasa con la estructura del edificio existente? ¿Qué pasa con las conexiones de tráfico? ¿Cómo es la situación en la realidad? Además, una visita in situ también ofrece la oportunidad de implicar en el proceso a los residentes y otros grupos de interés locales.
Hasta ahora, esto llevaba asociado un esfuerzo considerable. Para registrar los resultados de una inspección, los responsables tenían que salir equipados con cuadernos, una cámara y un plano en papel. Las soluciones de software digital como la de PlanRadar hacen que esto sea innecesario. Permiten gestionar los planos sin complicaciones en dispositivos móviles, porque los mapas y planos pueden cargarse con sólo tocarlos con un dedo. Asimismo, la información se registra directamente in situ en forma de tickets y se introduce en planos o mapas. La característica especial: La información puede almacenarse no sólo como texto. Las notas de voz y las fotos también se pueden grabar digitalmente en la aplicación y todos los datos pueden compartirse sin demora con los socios pertinentes del proyecto. Estas herramientas están por tanto muy vinculadas con la nueva planificación urbana y con la cada vez mayor digitalización de los diseños de las ciudades. A pesar de que las ciudades siempre han experimentado un constante cambio a lo largo de los años la nueva planificación urbana promete una gran revolución en muy poco tiempo que puede producir una disrupción social y económica.
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