Ya se han dedicado muchos artículos a explicar por qué la adopción de la tecnología digital es buena para el sector de la construcción. Sin embargo, un tema menos tratado es cómo garantizar que la nueva tecnología se implante con éxito, y algunos de los posibles escollos a los que pueden enfrentarse las empresas en el proceso.
El ritmo de adopción de la construcción digital en los últimos años ha sido, como mínimo, extraordinario. A pesar de un comienzo lento, las influencias externas, incluida la pandemia, han creado la necesidad de trabajar a distancia, lo que ha fomentado el crecimiento de la digitalización aún más. Para muchas empresas, esto ha llevado a un replanteamiento estructural de sus estrategias digitales: qué está funcionando, qué no y cómo pueden mejorar el rendimiento empresarial y la captura de datos.
Otro elemento esencial que está marcando la tendencia en el sector, tanto en España como en el resto de Europa, es el alza en el precio de las materias primas derivada de la guerra de Ucrania, la inflación y el shock de la cadena de suministros. Estos factores están afectando considerablemente al sector de la construcción, por lo que muchas empresas están optando por llevar a cabo la digitalización de sus procesos como forma de ahorrar costes.
A pesar de las buenas intenciones, las empresas suelen pasar por alto el sutil proceso que subyace a la introducción de nuevas herramientas y programas digitales, lo que en última instancia puede afectar al éxito de la integración. Si las implantaciones se precipitan o se comunican mal, se puede perder tiempo y dinero, además de afectar a las perspectivas futuras de nuevos desarrollos digitales en la empresa.
Sin embargo, con la estrategia y las tácticas adecuadas, es posible lograr un escenario que impulse el rendimiento empresarial, agilice las funciones cotidianas y cree un registro digital integral de datos valiosos.
Superación de obstáculos
A pesar de los considerables avances recientes, el sector aún tiene un largo camino por delante en lo que respecta a la adopción digital, especialmente si se compara con otras industrias punteras como la manufacturera y la de la aviación.
En el pasado, uno de los principales obstáculos ha sido la considerable inversión financiera necesaria para introducir nuevos sistemas y la limitación a unos pocos proveedores para suministrar los productos. La formación también era cara, larga y a veces requería una revisión completa de las prácticas de trabajo existentes.
Sin embargo, el ritmo de la innovación, sobre todo en el nicho ConTech (en el que la tecnología se utiliza para innovar la forma en que planificamos, diseñamos y construimos estructuras), hace que esto ya no sea así. Las empresas pueden ahora sumergirse en el mundo digital antes de asumir un compromiso financiero más importante, introduciendo nuevos sistemas por proyecto o por caso de uso, repartiendo el coste total de la implantación.
El envejecimiento de la mano de obra también puede ser un factor que dificulte la implantación. Muchos profesionales de la construcción de una generación mayor son trabajadores «prácticos», que prefieren enfoques analógicos probados. Como es lógico, los trabajadores más jóvenes aportan nuevas formas de trabajar y esperan que la tecnología emergente apoye su trabajo. En el sector de la construcción, quizá debido a la escasez de personal cualificado, esto no ha ocurrido al ritmo esperado o necesario.
Considerando las necesidades digitales
Afortunadamente, los tiempos han cambiado y la afluencia de software y hardware potente permite que sea más fácil que nunca probar nuevas herramientas o programas con un riesgo mínimo. Eso no significa que sea menos importante para las empresas reconocer qué tecnología necesita realmente su negocio y desarrollar una estrategia digital sólida antes de realizar cualquier inversión.
Muchas empresas están recurriendo a plataformas o programas que pueden funcionar con o junto a la tecnología existente, por ejemplo, una de las ventajas de PlanRadar es la posibilidad de integrar la plataforma con más de 200 aplicaciones, haciendo el proceso de implementación mucho más fácil. La «interoperabilidad» se ha convertido en un factor clave que ayuda a consolidar los sistemas de información y a proporcionar datos más ricos y completos que pueden ayudar a identificar los fallos o los éxitos en el rendimiento empresarial, así como a ahorrar tiempo. Aunque es probable que la mayoría de las empresas se beneficien de estas áreas, es importante establecer este objetivo por adelantado para sacar el máximo provecho de su oferta tecnológica.
Adoptar este proceso de pensamiento también reduce la posibilidad de introducir cambios «por el simple hecho de cambiar». Es comprensible que muchas empresas sientan la presión de subirse al carro de lo digital. Aunque no cabe duda de que hay un sinfín de ventajas que se pueden obtener, un poco de investigación inicial y pruebas de tecnología ayudarán a reducir la búsqueda para aislar lo que es mejor para su empresa en el contexto de su legado tecnológico específico.
La necesidad de una cultura digital
La adopción de la tecnología tendrá más éxito si se comunican unos objetivos claros a los trabajadores, y esto tiene que venir de arriba a abajo de la empresa. Por lo tanto, también es crucial que las primeras presentaciones se realicen de forma correcta, especialmente en el sector de la construcción, donde puede haber cierta aprensión a trabajar de forma digital. La alta dirección también debe tener en cuenta los mensajes que reciben los trabajadores sobre la seguridad del empleo en el futuro, especialmente en el caso de algunas funciones administrativas.
Una forma de manejar esto es a través de un enfoque «lento y suave». Como ya se ha dicho, las empresas pueden permitirse el lujo de empezar poco a poco, permitiendo que los trabajadores se acostumbren a la idea y experimenten con la herramienta o el programa para que puedan ver los beneficios por sí mismos.
Una ventaja de muchas de las herramientas o plataformas de hoy en día es la facilidad con la que se pueden utilizar, ya que requieren poca formación. A menudo, pueden descargarse en equipos existentes, como teléfonos o tabletas, con los que los trabajadores ya están familiarizados. Si la acogida es buena, se abre la puerta a una expansión más amplia, en diferentes áreas de la empresa.
Al adoptar un enfoque combinado «de arriba a abajo y de abajo a arriba», se crea un proceso mucho más orgánico, que permite a los miembros más antiguos o más indecisos de la plantilla ver que la tecnología puede mejorar la eficiencia de sus funciones diarias en lugar de obstaculizarla.
Aprovechar las habilidades
Es importante no restar importancia a las dudas en torno a la adopción de nuevas herramientas digitales, sobre todo por parte de los trabajadores de más edad. El enfoque siempre tiene que estar orientado a las personas y esta tiene que ser la prioridad para tener éxito.
Según un estudio reciente, el 53% de los mayores de 60 años que aprenden un nuevo dispositivo lo consideran más estresante que ir al dentista. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya ganas de aprender habilidades: otro estudio descubrió que el 90% de los trabajadores considera que la formación es vital para su carrera. La formación también parece ser popular entre los trabajadores de 55 años o más, ya que el 90% está de acuerdo o muy de acuerdo en que hay un vínculo entre la formación regular y el contenido de la fuerza de trabajo.
De nuevo, esto pone de manifiesto la necesidad de una transición digital lo más suave posible. Los directivos deben tener cuidado de no alienar a esta parte crucial de su plantilla, en particular a aquellos que han desarrollado las habilidades y los conocimientos técnicos y que son vitales para el éxito de la incorporación de la próxima generación.
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