En la actualidad, más de tres cuartos de la población española tiene en cuenta la sostenibilidad y eficiencia de una vivienda a la hora de realizar una posible compra tal y como apunta el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad que hemos impulsado desde UCI. Sin lugar a duda, una cifra lo suficientemente elevada como para reivindicar que este es un factor decisivo a la hora de invertir en vivienda, especialmente ante el contexto de emergencia climática que estamos viviendo.
De hecho, este mismo informe apunta que cerca del 80% de los españoles estarían dispuestos a pagar más por una vivienda aun teniendo que asumir un sobrecoste cercano al 7%, lo que en una vivienda tipo supondría entre 12.000 y 15.000€ más. En este sentido, es de vital relevancia ser capaces de informar y proporcionar todo el conocimiento posible sobre la necesidad de invertir en una vivienda sostenible.
España es un país donde el concepto de hogar saludable sigue siendo un gran desconocido. La crisis medioambiental es, sin embargo, un hecho en el que todos tenemos que poner nuestros esfuerzos de forma urgente. Las entidades financieras jugamos un papel crucial en ello como vehículos de financiación para los ciudadanos. En un contexto de marcado por la incertidumbre y la inestabilidad económica, la recuperación energética debe seguir permaneciendo en primer plano a nivel de importancia para las entidades financieras.
En este problema a nivel colectivo, sumar el mayor número de facilidades a las familias que quieran realizar una inversión en viviendas sostenibles es necesario en un panorama social donde el presupuesto para invertir en transformar una vivienda sigue siendo un freno. Contribuir a mejorar el planeta y la calidad de vida de los que estamos en él resulta más sencillo cuando nuestro bolsillo lo agradece a largo plazo.
Así, las entidades financieras contamos con diversas fórmulas para incentivar la descarbonización del parque inmobiliario, tercera causa de emisiones de gases de efecto invernadero por detrás de la industria y el transporte, a través de soluciones de financiación sostenibles y de hipotecas verdes, aunque casualmente más del 85% de los ciudadanos asegura no conocer qué son.
Habitualmente, los clientes que se decantan por estas soluciones pueden beneficiarse de una menor aportación inicial y de bonificaciones en el tipo de interés. Estos beneficios, sumados al gran ahorro que puede suponer una vivienda sostenible en la factura energética, deberían ser motivo de peso para aquellos que todavía siguen achacando a la cartera su rechazo a la transición ecológica.
En ese mismo plano, los fondos Next Generation EU son un gran aliciente para los ciudadanos. Este esfuerzo colectivo entre el plano público y el privado pone el foco en una necesidad común que sólo puede mejorar a través de la concienciación y la divulgación.
Es cuestión de tiempo que cada vez más personas quieran acceder a este tipo de soluciones financieras. La financiación verde está cada vez más presente en el día a día de las personas y la demanda en el mercado aumentará en medida que la divulgación y concienciación colectiva también lo haga. Acelerar la transformación hacia una economía más sostenible es solo el primer paso de un largo y verde camino que todo el mundo debería peregrinar de la manera más temprana posible.
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