Este verano de 2023 está siendo testigo de una sequía excesiva que está afectando a regiones de toda España y de todo el mundo. Los recursos hídricos escasean y la necesidad de conservar y reducir el consumo de agua se ha vuelto un asunto crucial para toda la sociedad.
Así lo reflejan los datos del último informe mensual de la situación de sequía en España del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. El 40% del país se encuentra en alerta o emergencia por escasez coyuntural de agua, siendo la alerta y la emergencia los dos escenarios más preocupantes de este indicador. El objetivo de dicho informe es determinar los problemas que se pueden presentar para el suministro de agua, como se ha producido durante los últimos meses con restricciones en algunos regadíos y en el abastecimiento a algunas poblaciones y cuencas hidrográficas.
En este contexto, los móviles reacondicionados vuelven a emerger como una solución inteligente y sostenible, especialmente para contribuir al ahorro de agua. Estos dispositivos han sido restaurados para garantizar su funcionamiento óptimo después de haber sido utilizados. Tras superar diversos puntos de control y calidad que verifican su funcionamiento como un dispositivo nuevo, el terminal puede utilizarse de hecho como un móvil nuevo, ofreciendo además una oportunidad única para reducir la demanda de recursos naturales, incluida el agua.
Por ello, además de la participación activa de la sociedad con hábitos de consumo y medidas de ahorro, hay que tener en cuenta que la tecnología también puede desempeñar un papel decisivo en la lucha contra la sequía.
En primer lugar, resulta fundamental recordar que la producción de un teléfono móvil nuevo exige una cantidad significativa de agua, desde la extracción y procesamiento de las materias primas hasta la fabricación de todos sus componentes. Tanto es así que se emplean nada más y nada menos que 68.000 litros de agua por cada móvil nuevo producido.
Optar por un móvil reacondicionado permite ahorrar ese gran consumo de agua asociado a la fabricación y así darle una segunda vida a un dispositivo que podría haber sido desechado, con lo que ello implicaría seguir generando un elevado consumo que repercute negativamente en nuestro planeta.
Asimismo, alargar la vida útil de los móviles también permite disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y la generación de residuos electrónicos. En cómputo global, la tecnología reacondicionada permite ahorrar un 84% de emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que equivale a su vez a un ahorro de 57 kilos de CO2.
Por todo ello, a pesar de que el calentamiento global y sus consecuencias se han convertido en una realidad que necesita ser abordada de inmediato por las instituciones públicas y por todos los poderes públicos, a través de nuestras rutinas diarias no podemos potenciar la precipitación de lluvias, pero sí podemos disminuir el uso de productos tecnológicos que exigen tal cantidad de materias primas y recursos naturales que, hoy por hoy, escasean.
En definitiva, es imprescindible fomentar un uso racional de los recursos de los que disponemos y promover una alianza internacional que logre concienciar a la población de la necesidad de reducir la producción masiva de tecnología y su consumo. Es tarea de todos nosotros involucrarnos en este proceso y procurar(nos) un futuro sostenible y prolongado para nuestro planeta Tierra.
Iñigo Giner Sanz, country manager de CertiDeal para España
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