La subida de los tipos de interés ha cambiado el panorama inmobiliario de nuestro país en los últimos meses. Por un lado, hemos asistido al encarecimiento generalizado de todas las tipologías de préstamo y al endurecimiento de las condiciones de acceso, lo que ha hecho que la demanda de vivienda se ralentice en comparación con las cifras récord marcadas en 2022. Además, la escalada del Euribor ha hecho que muchos hipotecados a tipo variable hayan visto crecer su cuota en los últimos meses.
La evolución de los tipos dependerá del descenso de la inflación y las políticas llevadas a cabo por el BCE, aunque una vía para aliviar la carga financiera de las familias es optar por la amortización anticipada de la hipoteca.
La amortización anticipada consiste en devolver una parte o la totalidad del capital prestado antes de la fecha pactada con la entidad financiera.
Esta opción puede ser beneficiosa en momentos de incertidumbre como el actual porque permite reducir la deuda pendiente. Aquí es donde entra en juego el dilema: ¿reducir el plazo o la cuota? En otras palabras. ¿Es más conveniente elegir una cuota mensual cómoda o un plazo más corto para pagar la hipoteca? Es crucial entender los pros y contras de cada opción antes de tomar una decisión.
Reducir el plazo de una hipoteca puede ser una estrategia efectiva para ahorrar en intereses y tener la tranquilidad de ser dueño de tu vivienda en un periodo más corto. Aunque escogiendo esta opción las cuotas mensuales serán más altas, estaremos amortizando el capital y, por tanto, reducir el saldo pendiente de la hipoteca de una forma más rápida. Esta opción es especialmente atractiva si las finanzas domésticas permiten afrontar cuotas más altas. Además, podría resultar en una cantidad inferior de intereses abonados durante toda la vida de la hipoteca.
Por otro lado, elegir un plazo más largo reduciendo la cuota mensual podría brindar una mayor sensación de estabilidad financiera y un mayor margen para afrontar gastos inesperados, ahorrar o invertir. Además, una cuota más cómoda puede permitirnos mantener un nivel de vida más cómodo, especialmente en momentos de incertidumbre. Aunque el ahorro en intereses puede ser menor en comparación con la reducción de plazo, la comodidad de tener cuotas mensuales más asequibles podría ser la elección correcta según tu situación actual.
En última instancia, la decisión entre amortizar cuota o plazo dependerá de nuestros objetivos personales y nuestra situación financiera.
En cualquier caso, antes de realizar o no una amortización es interesante también pensar en la liquidez disponible y la posible necesidad de financiación, mezclando la motivación que tenemos en amortizar con el análisis del coste financiero, es decir ver qué tipo de interés estamos abonando, si podemos asumir bien la cuota o si vamos a necesitar financiación para otros proyectos a corto plazo.
No obstante, conviene recordar que algunas entidades solicitarán abonar una comisión por desistimiento o compensación por desistimiento si el cliente desea anticipar parte del capital que debe. Si se realiza durante los primeros 5 años, será de un 0,5%. Sin embargo, en el caso de superar esto, el porcentaje descenderá a un 0,25%.
Antes de tomar una decisión, te recomendamos consultar con un experto que brinde asesoramiento personalizado basado en tus ingresos y sitúan personal.
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