Para analizar la situación que está afectando al sector de la construcción a nivel global debemos retrotraernos al año 2020, momento en el que el mundo se enfrentaba una crisis sanitaria global que ha dejado consecuencias en todos los aspectos de la economía. Durante gran parte de aquel año la producción cayó en picado y muchas obras pararon sus proyectos debido a las restricciones sanitarias. Sin embargo, al recuperar gradualmente la nueva normalidad, el volumen de compras de materias primas aumentó de forma rápida. Varios países -como es el caso de China- optaron por la compra en grandes cantidades de materias primas para poder asegurar un nivel de reservas en el país, y eso agravó la situación a nivel mundial.
En el sector de la construcción esta escasez de materiales acumulada provocó un aumento de los precios en el mercado, con menos productos disponibles y más demanda de los mismos. A este hecho se suma, desde inicios de 2022 y hasta la actualidad, un contexto de inestabilidad económica a nivel mundial, en parte por el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania. La guerra ha agravado la carencia de algunas materias primas y ha encarecido la vida, pues la inflación ha ido en aumento, así como el precio de las energías, sobre todo en la Unión Europea.
«Una buena planificación y una organización a medida para las empresas de la construcción serán clave para el éxito de los proyectos».
Frente al encarecimiento, gran parte de los profesionales de la construcción han tenido que reducir sus márgenes de beneficios o incluso terminar obras que representaban pérdidas por los gastos relacionados con las mismas. Como consecuencia las dificultades para poder desarrollar nuevos proyectos de obra rentables a corto y largo plazo aumentan y los profesionales que deciden continuar con su actividad tienen que hacer frente a retrasos en las entregas de los materiales, alargándose cada proyecto mucho más en el tiempo.
A estos factores hay que añadir la falta de edificaciones en ciudades con mucha demanda. Cada vez existen más grandes ciudades que tienen mucha demanda de personas que buscan pisos para alquiler y compra, pero no cuentan con la oferta disponible en el mercado. Esto provoca un encarecimiento general de los precios de las viviendas, algo que acaba afectando de manera indirecta a la construcción.
¿Qué situación podemos esperar en 2023?
Es preciso enfocar la situación del precio de las materias primas atendiendo a dos realidades. La primera de ellas hace referencia a que, aunque por el momento el precio de los materiales y su desabastecimiento sigue siendo un aspecto principal a tener en cuenta en los proyectos de construcción, la perspectiva más aceptada en todo el sector indica que los niveles actuales no se mantendrán en el tiempo y la situación global continuará mejorando.
Como segundo punto, es preciso seguir animando a los profesionales a mejorar su planificación de aprovisionamiento de materiales básicos para su actividad económica a medio y largo plazo, aumentando los inventarios y evitando los retrasos en los tiempos de construcción. Asimismo, resulta interesante disminuir la cantidad de stock necesario, haciendo una mejor gestión de los recursos disponibles y las posibilidades en el sector.
Frente a esta compleja situación y ante un periodo de transición en el mercado, la digitalización se presenta como una solución a trabajar en el sector. El uso de herramientas digitales como la que ofrece PlanRadar, enfocadas en la optimización y la organización de los procesos de obra, puede facilitar la gestión diaria de las empresas. Sin duda, el sector volverá a encontrar un momento de mayor estabilidad, pero una buena planificación y una organización a medida para las empresas de la construcción serán clave para el éxito de los proyectos.
Digital Consultant de PlanRadar en España