Los temores de recesión económica en el mundo, y también en España, impulsados por la elevada inflación y las agresivas subidas de tipos de los bancos centrales para intentar frenarla, han reavivado el interés por soluciones como la Vivienda Inversa. Un producto que permite monetizar el patrimonio inmobiliario de las personas mayores de 65 años, cuenta con numerosas ventajas, y presenta un enorme potencial de crecimiento.
Porque según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay más de 9 millones de personas mayores de 65 años y el 90% son propietarios de la vivienda en la que residen, lo que representa el 85% de sus ahorros. Aproximadamente el 70% sólo ingresa la pensión del Estado, y un 65% vive con menos de 1.300 euros al mes.
Además, nuestro país es uno de los que presentan mayor esperanza de vida en todo el mundo: actualmente, por cada 125 personas que ingresan en el tramo de edad superior a 65 años, sólo 100 lo hacen en el inferior de 16. Ello permite al INE anticipar que en 2035, un 26% de los españoles tendrán más de 65 años, más de una cuarta parte del total de la población. Una situación que compromete todavía más la viabilidad del sistema de pensiones español, junto a la baja natalidad y el cada vez menor número de cotizantes.
Por ello, la Vivienda Inversa se presenta como una solución idónea para que personas mayores que ya no perciben ingresos profesionales, y tienen que afrontar unos gastos corrientes que no paran de crecer por la alta inflación. Este segmento poblacional logra con la Vivienda Inversa, la satisfacción de sus necesidades de dinero líquido y tranquilidad para sus economías familiares.
«La mitad de los jubilados dependerán de la Vivienda Inversa para lograr ingresos en los próximos 20 años.
Porque gracias a la Vivienda Inversa, estas personas son capaces de poner en valor su patrimonio inmobiliario y percibir una cantidad de liquidez adicional para afrontar los últimos años de su vida. Esta fórmula no es nueva en países de nuestro entorno como Reino Unido y Francia, donde las transacciones en Vivienda Inversa alcanzan 4.000 millones de euros anuales, según un informe de 2020 del European Pensions and Property Asset Release Group (EPPARG) y EY.
Este informe afirma, además, que el tamaño del mercado se triplicará antes de diez años, y que la mitad de los jubilados dependerán de la Vivienda Inversa para lograr ingresos en los próximos 20 años.
Cómo funciona la Vivienda Inversa
El funcionamiento del producto es sencillo: el propietario vende su casa, y firma un contrato de alquiler vitalicio que lo convierte en inquilino de su propio domicilio, sin tener la obligación de residir en el mismo hasta que fallezca.
Para conocer el importe que va a percibir, se realiza un cálculo individualizado de su esperanza de vida, y se estima la cantidad a pagar en concepto de renta en dicho período de tiempo concreto. Así, en el momento de la venta, el propietario percibe la cantidad equivalente al valor de su vivienda, menos el total de la cantidad que tendría que pagar como inquilino durante los años que, teóricamente, va a vivir dada su esperanza de vida estimada.
Si el propietario abandona la vivienda antes de su fallecimiento, no se le aplica penalización alguna, y percibe el importe retenido en concepto de renta que no se ha consumido. Si fallece antes del fin de su teórica esperanza de vida, esta cantidad la perciben sus herederos. Y si superado el plazo, el inquilino no ha fallecido, puede continuar en la vivienda, con la única obligación de abonar exclusivamente las cuotas de comunidad y los suministros.
Ventajas
La Vivienda Inversa no es la única fórmula para que las personas mayores logren la tranquilidad económica en el final de su vida gracias a su patrimonio inmobiliario, pero sí es la que más ventajas les aporta.
Existen otras soluciones como la Nuda Propiedad, con la que el propietario de la vivienda percibe menos dinero, y pasa a ser usufructuario de la misma hasta su fallecimiento. En el momento de la defunción, sus herederos no perciben cantidad alguna, porque el propietario es un tercero.
O la Hipoteca Inversa, con la que el propietario consigue liquidez, pero lo que en realidad hace es generar una deuda que tendrán que afrontar sus herederos una vez que fallezca. Este es un producto que los bancos están volviendo a comercializar, porque la necesidad de liquidez está aumentando precisamente para afrontar la elevada inflación, y la subida de tipos les aporta más margen en el negocio de activo. Pero la Hipoteca Inversa también ha provocado problemas en el pasado, llegando incluso a provocar pleitos en los tribunales.
«Las plusvalías que consigue el propietario tras la venta de la vivienda, están exentas de tributar en el IRPF».
La Vivienda Inversa es la solución que monetiza el patrimonio inmobiliario de personas de edad avanzada con las mayores ventajas. Para el propietario de la vivienda, y para sus familiares. Porque es la solución realmente efectiva para aportar tranquilidad a las personas que más la necesitan.
Por último, desde el punto de vista fiscal, la Vivienda Inversa presenta una gran ventaja; el hecho de que las plusvalías que consigue el propietario tras la venta de la vivienda, están exentas de tributar en el IRPF.
Por todas estas razones, desde Almagro Capital Gestión, gestora de la SOCIMI Inversa Prime, líder del mercado residencial de personas mayores, y primera entidad que lanzó la Vivienda Inversa en 2017, estamos convencidos que el potencial de la Vivienda Inversa en el futuro es infinito.
Y además, somos el socio idóneo para los clientes potenciales del producto, las 9 millones de personas de edad avanzada. Porque Almagro Capital Gestión es un inversor institucional experto en el producto y el sector, que aporta vehículos de inversión con indudables ventajas como la Socimi, y confía plenamente en las posibilidades de la Vivienda Inversa como la solución más completa para aportar liquidez y tranquilidad a las personas que más las necesitan.
Director Comercial y de Producto de Almagro Capital Gestión