2021 ha sido un año en el que el sector inmobiliario y de la construcción, dentro de los vaivenes económicos provocados por el impacto del COVID-19, ha seguido afianzando su apuesta por nuevas herramientas digitales. Los expertos en estos ámbitos ya reconocen que la tecnología ha dejado de ser un mero complemento que aportaba valor añadido o despuntaba sigilosamente frente a la competencia -afirmaciones muy sonadas en los primeros años de irrupción tecnológica en el sector- para formar parte, por fin, de su ADN empresarial.
Según un estudio elaborado por PlanRadar a 3.000 ejecutivos europeos de compañías de estos sectores, el uso de la tecnología -cuya apuesta se ha intensificado desde la pandemia- les ahorra de media hasta siete horas de trabajo a la semana por usuario y les garantiza mejoras exponenciales de productividad, sobre todo, en la gestión de calidad (87% de los encuestados), la creación y seguimiento de tareas (79%) o las visitas y control de obras (77%). En resumen, el sector será más rentable y competitivo en la medida en que apueste por soluciones tecnológicas, pero también en que se sepa darle el uso adecuado. Es decir, no basta con destinar una línea en el presupuesto a tecnología, es necesario una dirección interna estratégica en la empresa, una priorización de procesos y conocer en profundidad todas sus potencialidades para lograr una optimización de recursos y reducción de tiempos.
Pongamos un interesante ejemplo. Este año Croacia va a inaugurar por todo lo alto el tan esperado puente de Peljesac, uno de los más grandes de Europa, de 2,4 km de longitud, que conecta dos partes del país separadas por Bosnia y Herzegovina. Esta infraestructura, que llevaba planteándose desde hace casi treinta años, se ha podido construir en solo 36 meses gracias a tecnologías como PlanRadar. Hace unos pocos años hubiera sido inconcebible que una obra de esta magnitud se hubiera construido en este plazo tan reducido. Hoy sí es posible.
Lo mismo ocurre con la construcción del Varso Tower, el rascacielos más alto de la Unión Europea, ubicado en Varsovia, que ha contado con proptech como nuestra aplicación, basadas en el modelo BIM. Una metodología de éxito que aúna todas las tecnologías y se basa en el entorno colaborativo para la gestión de proyectos para ganar eficiencia, reducir costes y acortar tiempos de producción.
En nuestro caso, en sólo seis años hemos logrado entrar en más de 45 mercados internacionales, ganarnos la confianza de más de 12.000 clientes y obtener importantes crecimientos en las principales variables de negocio. Recientemente, la empresa de capital riesgo Accel nos ha seleccionado como una de las 100 empresas mejor posicionadas para convertirnos en unicornios -empresas valoradas por encima de los mil millones de euros- de Europa e Israel.
Hechos como estos ponen de manifiesto que el sector está presenciando cambios superlativos provocados por actores de diversas magnitudes a una enorme velocidad. Por eso, todo el sector, independientemente de la parcela de negocio que ocupe, está llamado a invertir en tecnología y en formación, y a explorar las tendencias que se atisban. En este imprescindible ejercicio de anticipación, conviene conocer y divulgar, además de las genéricas y conocidas Big Data, Inteligencia Artificial o Machine Learning, otras disciplinas tecnológicas más concretas para soluciones específicas.
Estamos convencidos de que en 2022 se logrará, por un lado, reactivar el músculo económico del sector inmobiliario y de la construcción, tras dos años arrastrando efectos de la pandemia, y por otro, interiorizar que la apuesta por soluciones tecnológicas a pie de obra es un elemento imprescindible para mantenerse relevante en el sector.
Country Manager de PlanRadar en España