Para comenzar a hablar de este tema, creo primordial comentar qué conceptos se engloban dentro de lo que llamamos “humanización” en el sector inmobiliario.
Humanizar un edificio significa darle pulso, darle vida. Es dotar a todos los elementos y su respectiva combinación de sensaciones a que inviten a vivir una experiencia, a sentir. Es poder tener una visión más allá de lo práctico y/o constructivo dentro de 4 paredes. Es pensar en los usuarios y tener un acercamiento más poético, sensible y abstracto de un proyecto sin perder de vista la funcionalidad y el objetivo de cada espacio en particular. El buen desarrollo y humanización de un espacio produce un impacto muy potente en la revalorización de una propiedad.
La humanización del sector inmobiliario busca no solo crear identidad, diferenciación y valor, sino que también un “smart and powerfull” capex. Esto se ha vuelto muy importante en los últimos años ya que las inquietudes y las búsquedas, tanto del consumidor, el inversor o el público en general se han vuelto mucho más demandantes, por lo que el objetivo está en encontrar la manera de responder a todas ellas, que cuentan con un dinamismo importante, sin perder la rentabilidad sino al contrario usarlo como herramientas para aumentarlas. Ya no está en juego solo la cantidad de metros cuadrados, sino la calidad y el valor en ellos.
Este tema tomará cada vez más importancia en los próximos años, sobre todo teniendo en cuenta los avances tecnológicos y evoluciones que ha demostrado el sector en la última década. Después de incorporar lo humano en un edificio, el objetivo va a ser potenciarlo a través de la tecnología, encontrar el balance perfecto entre el mundo físico y el digital. Por lo cual, trabajar sobre el diseño de la experiencia de lo humano, del diseño del espacio per sé y potenciar la tecnología serán elementos claves para el éxito en el sector inmobiliario y la rentabilidad que se pueda obtener de un activo.
De cara al proceso de humanización y a todo lo que se viene, considero que el factor clave será la consciencia y la integración de esta sensibilidad en el alma y la mente de quien lidere el negocio. Es estar convencido/a de que es un factor primordial para el éxito. Este será el primer paso para luego poder sostener esa visión a lo largo de todo el proceso, más que nada en la elección de los diferentes equipos que se involucren. Confiar, motivar y transmitir al capital humano: esa visión hará que todos tiren en la misma dirección.
Para los que nos toca puntualmente diseñar esa experiencia, hay muchos elementos a considerar, que van desde la fachada, pasando por la distribución, iluminación, usos y costumbres, hasta el más mínimo detalle de colores y materiales en cada elección del mobiliario.
Lo clave es el poder, la magia intangible que se produce como resultado de la suma de todos los elementos elegidos con la visión de lo sensible, de lo humano.
CEO y fundadora de JUURBRN