Si algo nos ha dejado claro la última COP27, es que ha llegado el momento de cambiar la trayectoria del cambio climático. Tenemos que reducir nuestro uso de los recursos naturales y, sobre todo, de los combustibles fósiles, para así reducir las emisiones de CO2. Por ejemplo, el 82% de edificios en España consume más recursos de los necesarios para alcanzar niveles óptimos de confort y servicio. Según el IDAE, cuatro de cada cinco edificios en nuestro país son ineficientes energéticamente. Una cifra que choca directamente con los objetivos Cero Netos que nos hemos marcado en España para 2050. Se nos acaba el tiempo.
Hasta hace poco, las tecnologías implementadas en los edificios se centraban sobre todo en el confort de sus ocupantes y en el ahorro de costes. Sin embargo, ya ha empezado una nueva era: ahora los edificios deben será inteligentes y sostenibles, asumir nuevas funciones e incluso nuevos modelos de negocio. Esto pasa por su digitalización y su electrificación.
Desde el punto de vista legislativo, los edificios están siguiendo el camino de los coches y se encuentran actualmente en las primeras fases de evolución hacia su completa electrificación, que redundará a su vez en la eliminación del uso del gas (y de los combustibles fósiles, en general). La electricidad es la forma de energía más eficiente y es también el mejor vector de descarbonización.
Edificios del futuro
Para electrificar los edificios, los promotores inmobiliarios tendrán que recurrir a sensores y sistemas de gestión de edificios. Éstos permiten hacer visible lo invisible, impulsando la eficiencia y eliminando el despilfarro energético.
Cuando la electrificación se combina con sistemas de energía renovable, como la energía geotérmica y la energía solar, se impulsa de forma clara y fiable la descarbonización del suministro, la electrificación de los procesos y la optimización de la demanda de energía. En este sentido, en España tenemos un potencial y una oportunidad de generación solar que no podemos permitirnos desaprovechar. Y que también será importante para aprovechar al máximo los mercados de la flexibilidad, es decir, fomentar que los consumidores pases a ser prosumidores, que generen pero también que vendan su energía, generando ingresos. El mercado de flexibilidad en los hogares permite ser capaz, por ejemplo, de reducir los consumos del hogar al mínimo, en tiempo real.
Para hacer posible la descarbonización a gran escala de los edificios, estos deberán adoptar más dispositivos IoT para conseguir más funcionalidades. El uso de sensores permite recopilar datos, analizar la información y regular el uso de los sistemas de iluminación y de climatización, en función de parámetros definidos por el usuario y de las condiciones ambientales. Lo que redundará más eficiencia, más calidad de vida, más productividad, más ahorro energético y una reducción en las pérdidas de energía.
«Ya ha empezado una nueva era: ahora los edificios deben será inteligentes y sostenibles, asumir nuevas funciones e incluso nuevos modelos de negocio».
Además, la electrificación de los edificios hace posible que los diferentes profesionales implicados en el proceso, incluso los equipos de mantenimiento y de IT, se comuniquen eficazmente entre sí. Gracias a la electrificación, los edificios inteligentes experimentarán un aumento sustancial del flujo de información, así como una reducción significativa de los costes.
Neutralidad en carbono
Para lograr la neutralidad en carbono, un edificio inteligente debe utilizar las últimas tecnologías que se centran en la eficiencia. Entre ellas, los sistemas de gestión de edificios (BMS), sensores, el machine learning, y los servicios digitales.
Afortunadamente la digitalización ya se percibe como un habilitador para la sostenibilidad y cada vez es más popular la demanda de dispositivos para el hogar inteligente para ayudar a mejorar la eficiencia energética en los hogares: según una encuesta realizada por Schneider Electric, dos tercios (67%) de los españoles poseen tecnología inteligente. El estudio también revela que los consumidores quieren llevar un estilo de vida sostenible, situando la eficiencia energética en el hogar como su principal prioridad. Por lo que se trata de una inversión claramente de futuro para cualquier promotora.
En Schneider Electric estamos comprometidos con ser Cero Netos en carbono para 2030 y estamos avanzando rápidamente en este camino, con numerosos proyectos de edificios inteligentes y sostenibles para nuestros clientes. Pero también para nuestras propias instalaciones, como ocurre con el edificio IntenCity, en Grenoble (Francia), que utiliza 10 veces menos energía del promedio de edificios europeosCuenta con 4.000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos y dos turbinas eólicas, almacenamiento de energía onsite y soluciones tecnológicas innovadoras de Schneider Electric que aportan inteligencia en todos sus procesos. Esto permite a IntenCity utilizar datos predictivos para la gestión inteligente del edificio y la flexibilidad energética, para lograr la máxima fiabilidad y resistencia.
IntenCity representa nuestra visión de un mundo totalmente digital y eléctrico y demuestra que la tecnología para descarbonizar los edificios está ya ampliamente disponible. Una tecnología que está rompiendo silos, proporcionando una visión integrada, completa y en tiempo real, que permite procesos más inteligentes, un uso más eficiente del espacio y optimizar la demanda de energía.
Y de esta manera, muy pronto, los edificios totalmente electrificados y digitales serán la nueva normalidad.
Digital Buildings Sales & Marketing Manager en la zona Ibérica de Schneider Electric.