Después de un período de dificultades sin precedentes para la industria turística la recuperación definitiva se ha hecho palpable este 2023. En un final de verano con un balance satisfactorio en cuanto a número de pernoctaciones, con niveles similares a los prepandémicos – de acuerdo con el INE–, el sector vive un buen momento. En el primer semestre del año España ha superado los 50 millones de visitantes, cifra supone un 14% más que en el mismo periodo de 2022 y un incremento que ha sobrepasado los registros obtenidos en 2019. El impulso de los viajes ha estimulado la inversión en alojamientos hoteleros alzándose como el primer activo en España por el que apuesta el capital en Real Estate en el segundo trimestre del curso en activo, con el 41% del total de las inversiones, tal y como indica CBRE.
En este sentido, el turismo que visita el país ha experimentado un cambio de comportamiento en comparación que lo que se venía demandando antes de la pandemia. De acuerdo con estudios de mercado, los clientes ahora prefieren estancias más cortas (alrededor de seis días de media) en espacios flexibles, si bien el gasto que dejan en el territorio ha incrementado un 5,1% en relación con 2022. Así, la industria está tratando de reajustarse a estas nuevas demandas, lo que ha comportado un afianzamiento de alternativas como los ‘corporate apartments’, dedicados a los viajes de negocios, o a los ‘serviced apartments’, es decir, apartamentos que proveen de diferentes servicios.
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