Llevamos años escuchando el término: “Reformas 360” o “Reformas llave en mano” para referirnos a la transformación de una vivienda que se entrega re-acondicionada y en un estado que permita al propietario entrar a vivir. Sin embargo, a medida que las grandes ciudades han ido modernizando y dinamizando sus estructuras y barrios -todas quieren llegar a ser lo que se conoce como una “Smart City-, así como el nuevo estilo de vida de los clientes más “urbanitas”, estos términos empiezan a envejecer y pierden valor.
Desde nuestros inicios en Chapnik & Giesen nos hemos dedicado a la transformación de viviendas infravaloradas y su posterior puesta en valor con una obra capaz de proporcionar aquello que nuestros clientes nos cuentan que realmente les gustaría tener, y obtener así un beneficio económico sostenible para la compañía y sus inversores. Este modelo ha funcionado muy bien a lo largo del tiempo pero, desde los últimos años, quizá en un proceso acelerado por la pandemia, hemos entendido que para liderar nuestro mercado debíamos ir todavía mas allá. Adaptarnos a las nuevas necesidades de un nuevo perfil de cliente urbano que ha cambiado mucho en muy poco tiempo. Ahora demanda una mayor conectividad con su ciudad y con su entorno, un uso más eficiente y actual de los espacios y no solo un diseño interior superior con materiales de primera calidad. Eso ya se da por hecho.
Nos encontramos en un momento de transformación muy emocionante para el sector. Estamos viviendo nuevas y constantes oportunidades que nos permiten, no solo adaptarnos al cambio sino capitalizarlo para liderar el mercado a través de una nueva misión: crear valor urbano desarrollando espacios que impacten positivamente en la vida de las personas.
Estamos hablando de crear viviendas y espacios que se adapten verdaderamente al ritmo de vida de las personas y vamos a poner un ejemplo concreto:
El año pasado nuestro departamento de Real Estate vio un local en Madrid que tenía una dimensión cercana a los 700 metros cuadrados. Llevaba ya unos años en venta e, incluso a un precio por debajo de mercado, no se vendía. Había sido un templo hindú pero en los últimos años el local había estado abandonado, okupado, se colaban personas para hacer botellón y estaba lleno de pintadas. Cuando lo vimos era un auténtico criadero de ratas y un quebradero de cabeza para todo el vecindario. Otro de los grandes problemas del local era que en 400 de los 700 metros cuadrados no se podía construir vivienda, por no cumplir con los requerimientos del código técnico de edificación. Después de analizar las distintas posibilidades del inmueble y, con este nuevo enfoque de creación de valor, nuestro equipo identificó una maravillosa oportunidad ¿Por qué no hacemos una promoción de 5 exclusivas viviendas, de entre 65 y 110 m2, con 400 m2 de zonas comunes que de verdad atiendan a las necesidades reales del cliente actual?
A través de nuestro vehículo promotor, Velzia, diseñamos este nuevo concepto y de un local abandonado diseñamos una promoción en el corazón del barrio de Salamanca, Ardemans 58. Un complejo de cinco viviendas equipadas no solo con los mejores materiales y electrodomésticos: Bosch, LG y domótica Google, sino también debían estar conectadas con un espacio privativo de 400 m2 de zonas comunes que incluirían un gimnasio de 80m2 con las máquinas más avanzadas y espacios para el entrenamiento y el bienestar personal; una sala de cine con camas en lugar de butacas, pantalla retroiluminada y calidad 4k; sauna; zona de ocio con mesa de billar y un amplio espacio de co-working pensados para teletrabajar sin limitaciones, una modalidad cada vez más habitual en distintas profesiones después del confinamiento que produjo la pandemia.
Velzia no sólo ha creado un proyecto de rehabilitación vanguardista, sino que ha sido capaz de diseñar espacios inspiradores, que mezclan colores y texturas sobrias junto a una iluminación pensada para crear un ambiente acogedor y un nivel superior de confort y bienestar. Un proyecto que, además, ha alcanzado una rentabilidad superior a la media.
Esto es lo que hacemos en Chapnik&Giesen. Desde el primer momento, y en todos y cada uno de nuestros proyectos, nos concentramos en la creación de valor, para transformar inmuebles infravalorados en sueños hechos realidad para nuestros clientes.
Tengo el privilegio de presidir una compañía que es especial. Pero no por las reformas que hace, sino porque está centrada en las personas. Porque escucha y valora a sus clientes, a los miembros de su equipo y todos sus stakeholders. Porque día a día hacemos lo imposible, por construir un mundo mejor.
Las rentabilidades que obtienen nuestros inversores, y el alto grado de satisfacción de nuestros clientes no son más que una consecuencia inevitable de lo anterior.
Presidente de Chapnik & Giesen.