Ahora que en algunos países de la eurozona se empieza a hablar de cierto sobrecalentamiento en el mercado, principalmente en el norte y centro, y aunque cada país tiene sus particularidades, también se empieza a hablar de un riesgo real de burbuja inmobiliaria en España.
En nuestro país, tras la caída en el número de operaciones a raíz de la pandemia y el confinamiento, hemos venido encadenando varios meses de corrección, debido a que la crisis sanitaria paralizó algunas decisiones de compra que se han materializado a lo largo de este año, cuando los compradores han vuelto a animarse, hasta recuperar niveles prepandemia.
Ahora estamos viviendo un momento dulce provocado por la estabilidad o aumento moderado de los precios, junto con la mayor oferta de hipotecas a tipos históricamente bajos y un alza en la demanda de vivienda, que explican los últimos datos registrados en el mes de septiembre, con 53.410 operaciones.
Además, todo apunta a que este seguirá siendo el escenario hasta final de año y en los primeros meses de 2022. Así lo indican los profesionales inmobiliarios en la IX oleada de nuestro Barómetro Inmobiliario, El sentimiento de mercado de los profesionales inmobiliarios, presentado hace unas semanas.
Uno de los indicadores a tener en cuenta es el precio y podemos ver que las subidas están siendo muy moderadas, aunque siempre va a haber zonas específicas de gran demanda en algunas ciudades en las que los precios se tensionen mucho, pero es lógico que a todos nos guste lo bueno, y que en esas zonas los precios hayan subido de forma importante.
Esto mismo está pasando con la vivienda nueva, la subida de los materiales de construcción, de la energía, y ciertas tensiones inflacionistas por la falta de operarios especializados, unido a las exigencias de la normativa para construir viviendas de alta eficiencia energética, han provocado una subida importante de la vivienda de nueva construcción. Pero no olvidemos que por cada vivienda nueva se venden 5 de segunda mano, por lo que con carácter general apreciamos estabilidad o ligeras subidas de precio.
Otro indicador clave es la concesión de hipotecas. Estamos en un buen nivel de concesión de hipotecas en 2021, con niveles similares a prepandemia, con unas 1.000 firmas de hipotecas diarias. Es un dato de absoluta estabilidad y normalidad, por no hablar de la cautela por parte de las entidades financieras a la hora de otorgar préstamos y la seguridad y transparencia en el mercado a raíz de la entrada en vigor de la Ley de Contratos de Crédito Inmobiliario en junio de 2019.
En el ámbito hipotecario, tenemos que ver también los comportamientos del Euribor y los tipos de interés para analizar el riesgo. De nuevo, vemos que nos encontramos en un escenario de tipos de interés históricamente bajos, que probablemente seguirán en los mismos niveles hasta mediados de 2022.
Creo que no podemos hablar de burbuja ni compararnos con la situación previa a 2008 por varios motivos, ya algunos comentados. Primero, porque no hay un boom de construcción de obra nueva, el sector se está moviendo mayoritariamente en la segunda mano. De hecho, las viviendas nuevas no llegan a alcanzar las 100.000 al año.
También porque las entidades financieras están teniendo mucha prudencia a la hora de prestar y, además, estamos en un momento más que ventajoso para los clientes para la concesión de hipotecas, por la bajada del Euribor y los tipos de interés, que en su gran mayoría están siendo fijos (una novedad en España), que garantiza también la solvencia de muchos préstamos.
Subdirector General de la Unión de Créditos Inmobiliarios